Bienvenido, Bienvenida:
Tras asistir al último encuentro de Ramas y Grupos de Trabajo de la Sociedad Antroposófica en Madrid el pasado 12 de Febrero sentí la necesidad de abrir un debate sobre la situación actual de la Sociedad Antroposófica.
Personalmente conozco personas que han dejado de pertenecer a la Sociedad Antroposófica porque desde la coherencia personal decidieron darse de baja de una estructura con la que no se sentían vinculadas. También conozco personas que perteneciendo a la Sociedad Antroposófica, no participan en las actividades de una Rama, Iniciativa o de un Grupo de Estudio / Trabajo. ¿Por qué? por muchas razones… por desencuentros entre los participantes, por aburrimiento, por falta de dinero, por…
Yo soy miembro de la Sociedad Antroposófica y estoy vinculado a la Rama Micael de Valencia. Desde aquí, encuentro dificultades para vincularme con personas que están en diferentes partes de la geografía Española. Por eso abro este BLOG, para poder compartir con otros la pregunta:
¿Cómo es la Sociedad Antroposófica a la que como individuo me vinculo?
A esta llamada convoco a todos los que se hacen esta pregunta. Expresar líbremente la opinión personal y de alguna manera crear un tejido social desde el que poder proyectar la Sociedad Antroposófica a la que nos vinculamos y de la que obtenemos la identidad como Antropósofos. ¿Quién sabe si desde esta pregunta nacerá una nueva comunidad de corazones que pueda encarnara el impulso de la Antroposofía como «Creadora de Iniciativas Espirituales» nuevas o renovadas en el mundo?
Mi primera aportación es un artículo que escribí para ser publicado en el Boletín de la Sociedad: «Cuando el Corazón se debilita, todo el organismo se debilita». ¿Quieres participar?
CUANDO EL CORAZÓN SE DEBEILITA, TODO EL ORGANISMO SE DEBILITA.
Reflexiones sobre el encuentro de Ramas y Grupos. Alberto Llorca
La búsqueda de un centro es vital para el equilibrio de un organismo. Es prácticamente imposible encontrar el equilibrio sin un centro. ¿Qué ocurre cuando un miembro no se vincula a la Sociedad Antroposófica?
La pregunta está formulada desde el punto de vista del individuo ¿Cómo vive en mí la Antroposofía que no me impulsa a convertir la Sociedad como centro de mi actividad? o ¿Qué ocurre en la Sociedad Antroposófica para que personas que reconocen la antroposofía como plataforma vital de desarrollo humano no se vinculan a ella? ¿Qué ocurre cuando reconozco como centro de mi actividad sólo a mi iniciativa (la pedagogía, la agricultura, la medicina) o mi grupo de trabajo esotérico?
En este encuentro no nos planteamos ¿Cómo se presenta la Antroposofía en el mundo? O ¿porqué no hay un crecimiento en el número de miembros de la sociedad?
En este encuentro nos planteamos ¿porqué los miembros no se vinculan a la Sociedad Antroposófica? Esta pregunta hace evidente una enfermedad interna en el organismo, alguno de sus órganos está enfermo. La Sociedad como órgano central, las Ramas e Iniciativas como órganos de periferia y los miembros como soporte REAL del organismo.
La dinámica de la Sociedad está totalmente determinada por todos los miembros. Recibe todo lo que le ofrece los miembros y suministra a los miembros lo que necesitan conforme a su posibilidad. La Sociedad no es la que dinamiza de forma unidireccional a los miembros, sino que todos los miembros participan en su dinámica de muy variadas formas, pero bajo la configuración de un TODO. Así la Sociedad es un órgano integrador que responde de forma sensible a las peticiones de sus miembros. Y la Sociedad es un órgano de amor con el gesto de recibir y dar, y no el gesto del burdo poder.
Centros podemos reconocer muchos: el Centro en el Goetheanum de Dornach, el Centro de nuestra Sociedad Nacional, el Centro de nuestra Rama o Grupo de Trabajo, el Centro de nuestra iniciativa, nuestro propio centro en la Antroposofía. ¿Qué ocurre cuando no son concéntricos, sino que el centro de alguno de ellos está desenfocado de los otros? Entonces el organismo se debilita. Entender esto es comprender por qué Rudolf Steiner se vinculó con la Sociedad Antroposófica haciendo coincidir el movimiento antroposófico con la Sociedad Antroposófica.
La Sociedad es el punto de inflexión de las intenciones interiores hacia los hechos exteriores. La Sociedad como representante de la Antroposofía en España, ante las instituciones, ante el mundo, tiene una doble misión: por una parte provee de lo necesario a los miembros mediante el gesto continuo de dar y recibir, por otro lado hace que la acción individual se arraigue en el sentimiento común de vinculación a la Antroposofía. Como el corazón es portador de los sentimientos del organismo. De manera que un agricultor biodinámico sabe que hace antroposofía pues encuentra un sentimiento de pertenencia desde la Sociedad, un médico antroposófico o un maestro waldorf reconoce la Antroposofía como actividad propia en su sentimiento de vinculación a la Sociedad. Pero si en un individuo, en una iniciativa o en un grupo de trabajo no coincide su sentimiento de identidad con el movimiento antroposófico o con la Sociedad, entonces el individuo como organismo se debilitará y la Sociedad se debilitará también y en definitiva la Antroposofía se debilitará. Uno de los participantes en el encuentro nos recordó las palabras de Schmidt-Brabant «quién usa la antroposofía para su beneficio destruye la antroposofía». ¿Cómo puedo desligar la antroposofía de la biodinámica o de la pedagogía waldorf? ¿Qué ocurre en los cursos de formación de las distintas disciplinas antroposóficas que sus alumnos no encuentran este vínculo con la Sociedad? Porque encontrar el vínculo con la Sociedad es buscar el centro en el que Rudolf Steiner mismo colocó la Piedra de Fundación que todo antropósofo lleva en su corazón. Son fuerzas de futuro, fuerzas de la nueva Jerusalén, del nuevo Júpiter, de las nuevas comunidades fundadas en los lazos del amor.
Sólo un interés sano por la actividad de los demás, de las otras Ramas, de los otros Grupos de Trabajo, de otras Iniciativas, hará que salgamos al encuentro del centro que se expresa en la Sociedad Antroposófica. Sólo la interiorización del interés sano convertirá mi iniciativa en impulso de amor que nos pone en disposición de salir al encuentro del otro y de realizar la pregunta ¿qué necesitas? Es en la Sociedad donde podemos realizar la FRATERNIDAD como encuentro común de corazón.
La Sociedad recibe lo que sus miembros aportan, y cada miembro se siente acogido con igual importancia que el resto de los miembros. Cada Rama con igual importancia que el resto de las Ramas y toda decisión tomada en la Sociedad debe representar a cada uno de sus miembros, y a cada una de sus Ramas o iniciativas. ¿Qué ocurre cuando la Sociedad toma decisiones que sus miembros no sienten como propias? ¿Qué ocurre cuando un miembro o grupo de miembros se sienten «superiores» para la toma de decisión sin que el resto de miembros lo juzgue como persona merecedora de tal encargo? Porque la pertenencia al «Consejo Asesor» parece estar fundamentada en una opción vitalicia, sin tener en cuenta que tanto la sociedad como sus miembros son entidades vivas en continuo cambio. Si la Sociedad irradia lo que vive en el corazón de cada miembro, y cada miembro lleva en su corazón la Sociedad, se hace así garante de la IGUALDAD en todos sus ámbitos.
Y sólo el reconocimiento recíproco de la plena autonomía y libertad de la individualidad humana, de las iniciativas que surgen en la pedagogía, en la agricultura, en la medicina o en el trabajo esotérico de sus miembros – como el de Primera Clase, se transforma en impulso de puro amor realizador de hechos. El impulso de la LIBERTAD como puro amor realizador de hechos.
Así encontramos el movimiento equilibrado entre lo individual en libertad y el fortalecimiento de la unidad que favorece la colaboración. Cuando la Escuela Libre de Ciencia del Espíritu en Dornach, cuando la Sociedad Antroposófica Nacional, Cuando las Ramas locales, las iniciativas, los Grupos de trabajos y el Antropósofo individual coincide concéntricamente en el fundamento que Rudolf Steiner esbozó en el Congreso de Navidad de 1923.
En la Junta hay un presidente que une la actividad del Goetheanum con la actividad de la Sociedad Nacional, y ésta con el organismo civil más amplio; un Secretario que estructura y organiza la Sociedad y lo configura acogiendo los impulsos de sus miembros; un Tesorero que administra y vela por el flujo sano del dinero y los recursos. Estos cargos son cargos al servicio de la Sociedad, nunca ostentan poder ni representan a la Sociedad, ni a ninguno de sus miembros y mucho menos administra el contenido espiritual de la Antroposofía. Y aunque sólo una persona tenga el cargo, puede un grupo de ellas colaborar de forma coordinada.
Lo más importante de la Junta son los vocales. Uno por cada Rama. Y no siempre el mismo individuo, sino aquél que la Rama juzgue en cada momento. Y las reuniones de junta deberían realizarse tanto en la Sede de la Sociedad como en el lugar donde está la Rama, de forma armonizada y según disponibilidad y necesidad. Si creamos esta armonía de sentimientos, estaremos realizando con fuerzas de futuro la comunidad a la que se podrá unir el ser de la Antroposofía como entidad viva.
Toda actividad individual, toda actividad en una iniciativa o grupo de trabajo que tenga su raíz en este sentimiento de pertenencia otorgará una identidad a la Antroposofía y a sí mismo. El corazón es el portador de nuestros sentimientos que nos otorgan identidad, sobre todo de aquellos sentimientos que son portadores de iniciativas, que tienen tendencia a realizarse. Y de esta forma contribuir al karma de la Sociedad Antroposófica.
La Sede de la Sociedad es un tema importante, porque es el punto de referencia para el mundo y para el miembro. Y su ubicación física real de forma unívoca es incuestionable. Cada Rama es una Sede para la Sociedad, y en cada Rama se toman las decisiones de sus miembros. La Sede no es un lugar para realización de cursos o conferencias, para eso está la actividad de la Rama y de las iniciativas por toda la geografía de nuestra España y atendiendo a la idiosincrasia de la comunidad en la que reside (desde Catalunya hasta Canarias… pasando por Madrid) Por eso, y sin menospreciar la Sede como lugar físico común de encuentro entre Ramas, y punto de referencia del Goetheanum con España, esta Sede debería viajar funcionalmente por los lugares donde están las Ramas, y repartir en estos lugares, los recursos de la Sociedad de forma sensible a las necesidades de cada uno. Y la Sede física unívoca como punto de referencia ajustaría sus costes sin resultar gravoso a cada miembro, y siempre como lugar de «servicio» y no lugar de «poder».
En el encuentro de Ramas se evidenció lo siguiente:
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Reconocimiento del esfuerzo de la Junta en este año y constatación de un acercamiento lento pero sostenido de los miembros a la nueva Sede de la Sociedad en Madrid.
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Las Ramas están desconectadas unas de otras.
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Los miembros de la junta no tienen tiempo para visitar a las ramas.
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Muchos miembros no se vinculan con la Sociedad.
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No hay jóvenes en muchas de las Ramas.
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Algunas iniciativas en la pedagogía, en la agricultura, etc. no se sienten identificadas ni con la sociedad ni con el movimiento Antroposófico.
Y para finalizar formulo la pregunta que quedó sin contestar: ¿Qué esperan los miembros de la Sociedad? ¿Qué espera la Sociedad de sus miembros?