¡Quieran Oirlo los Hombres!

Conversaciones sobre Antroposofia


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El Futuro de la Biodinámica en España

En el mes de Julio de 2018, pase por una de las experiencias mas difíciles que he tenido que experimentar en los últimos años.

Previamente, en el año 2017, tuve la alegría de que la Asociación para la Agricultura Biodinámica en España, con quien la compañía que tengo el honor y el privilegio de dirigir, Triforma, ya había trabajado anteriormente en el desarrollo «triformado» de sus estatutos, nos llamara de nuevo para ayudarles en su proceso de desarrollo profesional.

En esa fecha, los sintomas eran claros. El crecimiento de la demanda de productos «bio», incluyendo dentro de dicha categoria a los «biodinámicos» crecia de forma exponencial, lo cual habia impulsado un enorme aumento de la demanda nacional para certificarse como operador «biodinamico».

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Biodinámica… una fuerza joven.

Articulo originalmente firmado por Alberto Llorca.

Hoy he asistido a un encuentro del Grupo de Trabajo Biodinámico de Valencia. Todos los miércoles recibo una cesta de fruta y verdura de agricultores de éste grupo. Y el pasado miércoles nos invitaron –a los miembros de la Rama Micael – a participar en dicha reunión. Me sorprende ver tanta gente joven, con niños pequeños correteando, en torno a una masía rodeada de olivos, y cultivo de secano.

Paseando y charlando con un amigo me comentaba que la biodinámica no pretende obtener los mejores frutos de la tierra para el alimento del ser humano, ni un oneroso rendimiento económico por un trabajo dedicado y consciente. Todo ello, si se obtiene, es simplemente «colateral». El agricultor biodinámico reconoce en la planta que crece, en el fruto de lo vegetal, o en la vida del animal en su granja, la expresión de algo «espiritual» que también encuentra en su vida interior en relación al cosmos entero. Y es la visión interior de ése ideal el que se traduce en las prácticas biodinámicas.

En la «Reunión de Pascua» de la Sociedad Antroposófica se nos habló de la conferencia que Rudolf Steiner dio el 23 de noviembre de 1905 traducida como «FRATERNIDAD Y LUCHA EXISTENCIAL» en donde se comenta que la vida en la Sociedad tiene fruto cuando no «lucho contra» los demás para imponer mis ideales –que juzgo como correctos – sino que vivo los ideales en el trato con los demás, respetando la libertad del otro y tratando de comprender su proceder –el del otro – como expresión de esos mismos ideales que también viven en él y que en ambos –en él y en mí – todavía están en evolución.

Esos ideales no son un conjunto de reglas de comportamiento ético. Eso es algo abstracto. Es cuando el principio estatal abstracto y alejado de la vida entra en el lugar que antes ocupaba la fraternidad. Es como pretender que una empresa gane más dinero implantando la norma ISO 9000 o colocar el sello «Demeter» en mis productos como meta para obtener más ventas.

Es cierto que como consumidor, obtengo confianza ante un producto con etiqueta «Demeter» o una empresa certificada con el ISO 9000… pero… ¿no es eso jugar con las reglas de un mercado cuyo fundamento es la «lucha existencial»?

Esos ideales corresponden a un «quién» y no a un «qué». Esos ideales corresponden a un «No yo, sino Cristo en mí». Y como en el caso del agricultor biodinámico: es la visión interior de ése ideal el que se traduce en las prácticas de una sociedad fraternal. Esa es la finalidad de la Ciencia Espiritual: formar comunidades fraternales basadas en el amor universal.